Históricamente, las empresas manufactureras han liderado la mejora del rendimiento operativo aplicando técnicas de mejora incremental como la gestión de la calidad total (TQM), Six Sigma y Lean. Del mismo modo, muchas empresas manufactureras han adoptado soluciones de sistemas de información como la planificación de necesidades de material (MRP) y los sistemas de planificación de recursos empresariales (ERP). Sin embargo, en el competitivo entorno actual de la fabricación, se necesita algo más que mejoras incrementales y sistemas empresariales para alcanzar sistemáticamente los objetivos de ingresos y beneficios. La gestión de procesos empresariales (BPM) ofrece a los participantes del sector manufacturero los medios para optimizar el rendimiento no sólo en procesos operativos como la producción y la cadena de suministro, sino también en procesos de apoyo como la contratación, la preparación de estados financieros y el medio ambiente, la salud y la seguridad.