Solicitantes y revisores rellenan encuestas de percepción de la seguridad, compartiendo valiosas aportaciones sobre temas relacionados con la seguridad. El proceso comienza cuando los participantes envían las encuestas. Las respuestas recogidas se analizan para conocer mejor la percepción de la seguridad y poner de relieve las áreas susceptibles de mejora en las prácticas de seguridad de la organización.