La industria de la salud ha sido una de las más lentas en implementar completamente la transformación digital a nivel holístico. De acuerdo con un estudio colaborativo de 2018 realizado por Adobe y Econsultancy, sólo el 7% de las entidades de salud reportaron que la transformación digital es una de las principales tendencias de la salud. Sin embargo, la industria ha mostrado más voluntad de cambio en los últimos años. Sin embargo, nunca la necesidad o la probabilidad de la transformación digital del sistema de salud ha sido más evidente que después del brote de COVID-19.
Resistiendo históricamente el paso a la tecnología digital
La resistencia de la industria de la salud a la transformación digital es en gran parte cultural. En el nivel más básico, los proveedores y las compañías de seguros están acostumbrados a sus procesos y sus estructuras organizativas no son propicias para el cambio. Además, las infraestructuras informáticas anticuadas y/o ineficaces sirven como un importante obstáculo.
A un nivel más sistemático, los gobiernos desempeñan un papel activo en la orientación de los cambios tecnológicos en sus sistemas de salud. Por ejemplo, la Ley de Recuperación y Reinversión de los Estados Unidos de 2009 fue un esfuerzo concertado del gobierno de los Estados Unidos para fomentar la adopción generalizada de los registros sanitarios electrónicos (EHR). Si bien alrededor del 80% de los médicos han pasado a algún tipo de sistema de EHR, la falta de uniformidad y de orientación adicional del gobierno ha impedido el cambio.
La escasez de proveedores es un gran problema. Los médicos están muy ocupados. No están dispuestos a invertir su tiempo o sus preciosos recursos en modificar sus flujos de trabajo existentes y probados. También hay una mentalidad de "swing for the fences" que existe en casi todas las instituciones americanas. En pocas palabras, a menos que las ofertas tecnológicas sean vistas como verdaderamente transformadoras, el análisis de costo-beneficio pesa contra la implementación de cualquier nuevo proceso.
El impacto de COVID-19 en el proceso de transformación digital
Curiosamente, la pandemia del Coronavirus alienta y dificulta el cambio. Por un lado, los recursos sanitarios sobrecargados han puesto al sistema en modo de supervivencia. Las organizaciones que se están poniendo al día son menos propensas a pensar en la implementación a largo plazo de las tecnologías digitales.
Por otra parte, el brote ha presentado algunos nuevos desafíos que fomentarán la innovación. Por ejemplo, la capacidad de ofrecer a los pacientes alternativas a las tradicionales visitas en persona a través de cosas como la telesalud pasará de ser una comodidad a una necesidad. A corto plazo, hemos visto que diferentes entidades sanitarias están adoptando las tecnologías digitales.
Así pues, aunque las organizaciones de atención de la salud tal vez no estén pensando en un movimiento a largo plazo hacia la digitalización, la necesidad de adoptar rápidamente nuevos procesos para hacer frente a los desafíos de COVID-19 probablemente llevará indirectamente a la industria hacia allí de todos modos.
Los métodos que se están usando ahora mismo en la era de COVID-19
Para comprender hacia dónde se dirige la digitalización en la industria de la salud, es útil observar cómo las organizaciones han modificado sus flujos de trabajo para hacer frente a los desafíos de COVID-19.
Expansión y cambio de roles
Hemos mencionado anteriormente que un obstáculo importante que enfrenta la industria de la salud es la escasez de proveedores. Durante la pandemia, el personal no clínico se ha visto obligado a desempeñar papeles mucho más importantes. La continua expansión de los roles del personal de apoyo será fundamental para liberar los recursos de los médicos. Asimismo, los médicos se han visto obligados a trabajar fuera de sus especialidades. Esto puede cambiar la forma en que los proveedores tratan a los pacientes e incluso dirigen sus prácticas.
Atención a distancia y en casa
Las formas de atención a distancia ya se estaban volviendo cada vez más populares. De hecho, en los últimos años, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) han aumentado significativamente el reembolso de servicios como la monitorización remota y la telesalud. Durante la pandemia, los CMS han flexibilizado aún más las restricciones de reembolso, lo que ha permitido a los proveedores tratar a más pacientes mediante formas de atención a distancia.
Las tendencias de la atención a distancia se están viendo a través de múltiples especialidades. No sólo estamos viendo un aumento en el número de proveedores que ofrecen monitoreo remoto y citas de telesalud, sino que los médicos están realizando procedimientos en casa. A medida que el distanciamiento social se convierte en una nueva norma, las abarrotadas salas de espera de los médicos y hospitales pueden ser cosa del pasado.
La necesidad de velocidad
Las organizaciones de atención de la salud no suelen ser conocidas por su eficiencia institucional. Ante las decisiones de vida o muerte a escala masiva, las organizaciones se han visto obligadas a responder rápidamente. La comunicación tanto a nivel de la organización como entre las diferentes organizaciones se ha vuelto más eficiente. Las adaptaciones del flujo de trabajo para responder a la crisis se convertirán en la nueva norma. Se necesitará un cambio creciente hacia la eficiencia tecnológica digital para acomodar las nuevas formas de hacer negocios.
La necesidad de compartir
Si bien es cierto que la mayoría de los proveedores han hecho la transición a alguna forma de sistema de EHR, existen grandes ineficiencias en el intercambio de datos entre organizaciones. Esto se debe en gran medida a la falta de integración entre los sistemas. Los proveedores necesitan acceder a los datos de los pacientes en tiempo real.
Esto es importante tanto a nivel de paciente como a nivel de sistema. Por ejemplo, las entidades gubernamentales necesitan examinar los datos para comprender el panorama médico antes de establecer y levantar las órdenes de permanencia en el hogar. Por estas razones, es probable que veamos una mejora significativa en la recopilación de datos digitales y las capacidades de intercambio.
Cadenas de suministro más eficientes
Decir que las cadenas de suministro del sistema de salud fallaron, particularmente en los primeros días de la pandemia, es una subestimación. La incapacidad de las organizaciones para obtener fácilmente los suministros puede conducir a pérdidas catastróficas. La industria necesita soluciones escalables para aumentar o disminuir drásticamente la producción y la distribución en tiempos de necesidad. Las enseñanzas extraídas de la respuesta a COVID-19 deberían cambiar fundamentalmente las cadenas de suministro haciendo que sean más transparentes y eficientes. Esto sólo puede lograrse mediante la digitalización del proceso.
Entra en Automatización e Inteligencia Artificial...
La automatización y la inteligencia artificial ya se han filtrado en todas las grandes industrias, incluyendo el sistema de salud. Desde el uso de robots de charla y asistentes sanitarios virtuales, hasta planes de tratamiento altamente individualizados y automatización de procesos digitales, estas tecnologías están ayudando a las organizaciones a maximizar la eficiencia y ofrecer niveles de atención más altos. Pero en el nuevo mundo de COVID-19, la automatización y la IA jugarán un papel instrumental en la vuelta a la normalidad de la sociedad, sea cual sea la nueva normalidad.
Organizaciones como las empresas farmacéuticas y biotecnológicas ya están utilizando algoritmos de aprendizaje de máquinas para desarrollar posibles vacunas y/o tratamientos. La IA no sólo puede ayudar a las organizaciones a hacer esto más rápido, sino también a una fracción del costo. Las organizaciones de atención médica emplearán cada vez más la IA para tratar a los pacientes de manera eficiente y para salvar vidas.
La pandemia del virus de la Corona ha cobrado un precio insondable a la sociedad mundial. Las organizaciones se han visto obligadas a probar cosas nuevas, confiando en gran medida en las tecnologías digitales. Sin embargo, si hay un resquicio de esperanza, es probable que seamos testigos de la tan esperada transformación digital del sistema de salud.